Doctorandos participaron de un curso sobre herramientas genéticas, estructurales y bioinformáticas

Durante la semana pasada doctorandos participaron del curso de posgrado “Herramientas genéticas, estructurales y bioinformáticas para el estudio de proteínas de interés biotecnológico y clínico”. El curso se dictó en la Facultad de Ciencias Exactas, Físico-Químicas y Naturales, el marco del Doctorado en Ciencias Biológicas.

Foto destacada: Los primeros cristales de proteína hechos en Río Cuarto

El curso contó con especialistas de distintas áreas, como el Dr. Diego Sánchez   especialista en biología molecular del Instituto de Bioquímica y Biotecnología de la Facultad de Ciencias Médicas de la UNCuyo, (IMBECU-CONICET), los Dres. Lisandro Otero y Sebastián Klinke de la Fundación Instituto Leloir (IIBBA-CONICET, Buenos Aires) especialistas en biología estructural, como así también los docentes locales Dr. Emiliano Primo y Dra. Paola Beassoni, del Departamento de Biología Molecular.

La Dra. Paola Beassoni, coordinadora de esta propuesta, expresó que “la importancia de este curso es que brinda una formación integral partiendo desde el diseño del clonado de un gen de interés, las estrategias para la sobreproducción de proteínas recombinantes, su posterior cristalización y colecta de datos de difracción de rayos X hasta llegar a la obtención de la estructura tridimensional de proteínas. Asimismo, el curso incluyó el estudio estructural de las mismas por la técnica de microscopía electrónica en condiciones criogénicas (CryoEM, la base del Premio Nobel de Química 2017) y simulaciones computacionales para la descripción de interacción con otras moléculas”

Los doctores Otero y Klinke manifestaron que la biología estructural se trata de una disciplina que emerge de la bioquímica, la biofísica y la biología molecular que se enfoca en estudiar la estructura tridimensional de macromoléculas biológicas con el objetivo de describir fenómenos biológicos a niveles moleculares y atómicos. El mecanismo de acción de una proteína está ligado a la disposición espacial de los átomos que los componen y por ello la biología estructural es un pilar fundamental para entender su funcionamiento y sus potenciales aplicaciones.

Asimismo, la coordinadora del curso manifestó que las potencialidades de esta disciplina son enormes, tales como el diseño racional de medicamentos, ingeniería de proteínas y optimización de procesos biotecnológicos, entre otras.

Los primeros cristales de proteína “hechos en Río Cuarto”

En el transcurso de la semana pasada se desarrollaron actividades prácticas en donde se aplicaron diferentes metodologías para la cristalización de la enzima lisozima de clara de huevo de gallina, y se realizó la resolución de la estructura de esta proteína de manera demostrativa a partir de los datos de sus patrones de difracción de Rayos X.

La doctora Beassoni manifestó que “hasta hace pocos años, era impensado poder acceder a realizar experimentos de este tipo en la UNRC. Para obtener una estructura, había que pensar en colaborar con grupos del exterior con la complejidad que ello supone. Hoy, con el grupo de la Fundación Instituto Leloir y su acceso a grandes centros de colección de datos de difracción en sincrotrones y microscopios de alta performance, la biología estructural constituye una disciplina emergente en la Argentina que va tomando fuerza. En esta semana hemos crecido por primera vez cristales de proteínas en los laboratorios de la UNRC con mucho éxito y hemos simulado el camino completo desde la secuencia de un gen hasta la estructura de la proteína resultante, y la simulación computacional de interacciones con fármacos”.

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