Premiaron un proyecto de innovación tecnológica elaborado por científicos de Exactas

Investigadores del Departamento de Ciencias Naturales presentaron un proyecto para potenciar el crecimiento del cultivo de la lechuga en Argentina con un menor impacto ambiental y una mejora de la calidad alimentaria. La propuesta fue distinguida a nivel nacional por la Agencia Nacional de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación a través del Concurso Federal de Ideas-Proyecto para la Innovación Tecnológica y la Reactivación Económica

El proyecto titulado «Azospirillum brasilense: un nuevo probiótico en el modelo de una salud» resultó ganador del tercer premio del Concurso Federal de Ideas-Proyecto para la Innovación Tecnológica y la Reactivación Económica.

Este concurso nacional tuvo por objetivo reunir ideas-proyecto innovadoras que promuevan sistemas alimentarios sostenibles desde un enfoque que reconozca las interacciones que existen entre salud humana, sanidad animal y vegetal, medio ambiente y economía.  En este marco, la propuesta presentada por los científicos de Exactas fue elegida como uno de los tres más importantes de todo el país en el eje «Alimentos y bebidas».

La Dra. Daniela Torres, integrante del grupo de investigación que presentó dicha idea-proyecto contó que la misma apunta a “aumentar la producción de lechuga bajo un régimen amigable con el medio ambiente y que permita mantener la inocuidad para el consumo humano de este cultivo tan importante para el sector productivo”. En este punto, destacó la relevancia que tiene este cultivo en nuestro país y los aportes que puede generar para la región de Río Cuarto, zona donde hay un cinturón verde con numerosos huerteros y pequeños productores.

Torres explicó que el proyecto consiste en el uso del Azospirillum argentinense (anteriormente nombrado A. brasilense) como probiótico para el cultivo de lechuga. “Nosotros trabajamos mucho con esta especie bacteriana, pero siempre relacionada al tratamiento de cultivos extensivos como maíz, trigo o soja. Lo innovador de esto es poder utilizar esa misma bacteria para aumentar la rentabilidad de un cultivo intensivo como la lechuga, pero mejorando su calidad e inocuidad como alimento para el hombre”, expresó.

¿Por qué la lechuga?

La científica de Exactas indicó que se inclinaron por la lechuga porque “es uno de los alimentos más consumidos en Argentina y puede ser portador de patógenos, tanto para humanos como para la propia planta”. Por otra parte, debido a que se trata de un cultivo que siempre está asociado al uso de agroquímicos, surgió el desafío de poder utilizar Azospirillum argentinense como reemplazo de esos agroquímicos. Remarcó que, según sus estudios, “una de las propiedades de esta bacteria es la producir ciertos compuestos con capacidad de inhibir el desarrollo de bacterias que son patógenas para la planta y los humanos”.

El uso de agroquímicos, más allá del impacto ambiental negativo, se ha visto que a lo largo del tiempo genera una reducción en la producción. En cambio, con la iniciativa de los microbiólogos y biólogos de Exactas eso se podría evitar y, además, se incrementaría el rendimiento del cultivo. De esta manera, “el proyecto contribuye a una mayor producción, aporta calidad alimentaria y mejora el cuidado del medio ambiente”, destacó Torres.

Dado que el cultivo de lechuga es una hortaliza de alto consumo en nuestro país y que es un vehículo portador de ETAs como así también es afectado por el patógeno (cuando aparece la hoja manchada de negro) produciendo perdidas económicas importantes, “este proyecto tiene como objetivo desarrollar un producto de origen biológico con una PGPR de uso agronómico para afrontar ambas problemáticas”, afirmó la investigadora local.

La lechuga en el territorio

El cultivo de lechuga en Argentina se siembra en casi todo el país, existiendo seis centros de producción; Buenos Aires, Mar del Plata, Rosario, Santa Fe, Santiago del Estero, Córdoba y Mendoza. La superficie cultivada es de 40.000 hectáreas (Prohuerta-Inta).

En la provincia de Córdoba las principales zonas productoras son: el Cinturón Verde de la Ciudad de Córdoba (Norte y Sur), el Cinturón Verde de la Ciudad de Río Cuarto, el Cinturón Verde de la Ciudad de Villa María, Zona Rural de Río Primero, Zona Rural de Cruz del Eje, Zona Rural de Villa Dolores, Zona Rural de Colonia Caroya y Vicente Agüero (Mondino, 2015).

La actividad hortícola en la ciudad de Río Cuarto está distribuida en cinco sectores: barrio Las Quintas, Tres Acequias, Ex Ruta 36, paraje San José (fuera del ejido urbano de Río Cuarto) y Las Higueras, que incorpora las zonas de Seminario y Palestro, como así también fuera del casco urbano.

En Río Cuarto se consumen 135 gr/d de hortalizas promedio diario por habitante, mientras que en Argentina es de 197 gr/d. El objetivo del gobierno nacional es llevar el consumo promedio de hortalizas a 236 gr/d para mejorar la salud de las familias y generar un impacto positivo en el sector.

Nuevos hábitos de consumo

El modelo de producción intensiva actual, surgido a partir de la llamada “Revolución Verde”, está caracterizado por el uso abusivo de fertilizantes y otros agroquímicos, laboreo excesivo de los suelos, uso del monocultivo, agravando los problemas de degradación de los suelos por erosión, salinidad, acidez, contaminación microbiológica, etc. Este modelo favorece la acumulación de sustancias potencialmente tóxicas como nitratos en las hortalizas de hoja. Sin embargo, en las últimas décadas, la población comenzó a tomar conciencia de la necesidad de mejorar su calidad de vida, consumiendo alimentos sanos, producidos a partir del cuidado de los recursos naturales.

Así nace la demanda de alimentos producidos en forma «más natural» o con menor intervención química, a partir de modelos productivos que persiguen la obtención de alimentos de mejor calidad sanitaria y nutricional, siendo más amigables con el medio ambiente y garantizando una agricultura sostenible.

En este marco, a partir de esta idea-proyecto que resultó premiada a nivel nacional, el objetivo del grupo de investigación de Exactas es incorporar la práctica de inoculación con esta bacteria denominada A. argentinense en el cultivo de lechuga para aumentar la productividad y mejorar el estado fitosanitario del cultivo dentro de un esquema de mayor seguridad alimentaria para humanos.

Azospirillum argentinense (anteriormente nombrado A. brasilense)

Grupo de investigación

El proyecto fue elaborado por el grupo de Laboratorio de Fisiología Vegetal e Interacción planta-microorganismos del Departamento de Ciencias Naturales de la Facultad de Ciencias Exactas, que forma parte del recientemente creado Instituto de doble dependencia INIAB-CONICET. El mismo está dirigido por los Dres. Fabricio Cassán y Verónica Mora e integrado por los Dres. Daniela Torres, Nayla Anahí Coniglio, Romina Micaela Molina y Gastón López, además de la Mic. Sofía Nievas

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