La Facultad de Ciencias Exactas, Físico-Químicas y Naturales de la UNRC realizó una actividad de vinculación educativa en la Escuela Leopoldo Lugones. Con charlas, experiencias prácticas y observación en microscopio, los niños y niñas reflexionaron sobre la problemática de los microbasurales en su barrio y el rol de los microorganismos en el saneamiento ambiental.
La semana pasada, la docente Gabriela Pena, del Departamento de Microbiología de la Facultad de Ciencias Exactas, Físico-Químicas y Naturales de la UNRC, llevó adelante en la Escuela Leopoldo Lugones la actividad titulada “Microorganismos que sanan: recolección, educación ambiental y conciencia para sanear microbasurales de nuestra ciudad”.
El taller propuso a los estudiantes de primaria acercarse al conocimiento científico desde su realidad cotidiana. A partir de charlas, experiencias prácticas de compostaje, análisis de fotografías tomadas por ellos mismos y observaciones en lupa y microscopio, reflexionaron sobre el problema de la basura en su barrio y la importancia de cuidar el ambiente y la salud comunitaria.
La mirada de la escuela
La profesora Luciana Carolina Cappellari, anfitriona de la actividad, compartió su experiencia: “Me sentí en primer lugar feliz, ya que mis alumnos disfrutaron del taller, se sintieron parte del mismo. Me sentí además muy satisfecha por la labor de las profesionales que supieron hacer llegar conocimientos científicos a estudiantes de primaria”.
Respecto a la imagen de la ciencia que transmitió el encuentro, destacó: “Que ciencia hacemos todos, que en científicos nos convertimos cuando hay preguntas que necesitan respuestas, cuando hay dudas e inquietudes y, sobre todo, cuando se intercambian nuevos saberes”.
Finalmente, Cappellari subrayó el valor pedagógico de la propuesta: “Además de nuevos aprendizajes, lo más significativo fue la manera en que las profesionales realizaron la transposición didáctica para que los estudiantes pudieran acceder al conocimiento, con calidez humana y predisposición. Estaría bueno continuar trabajando juntos para el futuro de nuestros estudiantes”, concluyó.




Una experiencia de vinculación
Por su parte, Gabriela Pena expresó cómo vivió esta experiencia de vinculación: “La maestra de la escuela me sensibilizó con el tema. Soy recicladora desde hace años y como microbióloga me pedía ayudar a sus alumnos, que viven cerca de un basural y estaban preocupados por las enfermedades, por sus caballos y perros que comen bolsas y vasos. Entonces me pareció hermoso pensar en cómo la microbiología podía ayudar a sanar el ambiente”.
Pena remarcó también la respuesta de los niños: “Estaban ansiosos, curiosos, respetuosos, nos esperaban con mucho entusiasmo por ver el material, la lupa y el microscopio. Escucharon atentamente e hicieron preguntas hermosas. La maestra ya los había preparado mucho, fue un grupo con una calidad humana tremenda y unas ganas de aprender impresionantes. Nosotras nos vinimos fascinadas, aprendimos también de ellos y nos fuimos felices”.
Finalmente, la docente señaló el sentido social de la propuesta: “Ellos viven muy cerca de la basura y están preocupados por su salud. Les interesa poder gestionar esos residuos y piensan en soluciones. Fue muy lindo poder combinar este tema, que me sensibiliza tanto, con mi pasión por la microbiología. Creo que hay que visibilizar más esta situación, ya que hacen falta muchas más políticas y que la Municipalidad se involucre más”.
Con actividades como esta, la Facultad de Ciencias Exactas reafirma su compromiso con la educación ambiental, la vinculación social y la construcción de un futuro más saludable y sostenible junto a la comunidad.



