“Estoy orgulloso de haber trabajado 29 años en Exactas”

Así lo expresó Néstor “Cacho” Formía, quien recientemente se jubiló como personal nodocente en el Departamento de Química de la Facultad de Ciencias Exactas, Físico-Químicas y Naturales de la UNRC.

Todavía no había cumplido los 18 años cuando ingresó a la UNRC en febrero de 1979 como estudiante. Desde entonces, pasaron 43 años y nunca dejó de venir a la universidad. Ni bien terminó la carrera universitaria empezó a trabajar en el Departamento de Química, espacio en el cual se desempeñó como nodocente durante 29 años.

“Cachito”, como todos lo conocen, además de ser personal técnico nodocente en la Facultad de Ciencias Exactas se desempeñó como docente en la movilidad para jóvenes y adultos (CENMA 24, CENMA 24 Anexo Alberdi y CENMA 24 Banda Norte) hasta fines de mayo. Incluso, en el CENMA 24 base fue director. También enriqueció su formación con diferentes propuestas pedagógicas: un profesorado cursado en el Instituto Nacional de Formación Docente y finalizó una Diplomatura en Gestión Educativa (Flacso), entre otras capacitaciones.

Sus pasos como nodocente en Exactas comenzaron en 1993. En octubre de ese año rindió un concurso para ser técnico de laboratorio, puntualmente para el manejo de las máquinas de nitrógeno líquido. Rol que empezó a desempeñar en diciembre de ese año. “Mi tarea era eso, ayudar en la carga de gases comprimidos y colaborar en el mantenimiento de los laboratorios de docencia”, relató.

“Agradezco a toda la gente que uno se ha encontrado en el camino y en esta querida universidad”, dijo Cacho, quien agregó que cuando se logra conformar un buen grupo de trabajo se fortalece la actividad y la institución.

“La verdad que estoy agradecido de haber sido un trabajador de la educación pública”

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En el mejor momento…

Cachito, quien tiene un fuerte sentido de pertenencia por nuestra Facultad y especialmente por el Departamento de Química, aseguró que se va “en un momento especial, en el que el Departamento está en la cresta de la ola”.

Recordó que tiempo atrás “habían entrado un montón de pibes, que con mis casi 30 años de trabajo los conozco a todos, y que ahora ya tienen grupos de investigación muy importantes y consolidados a nivel latinoamericano e internacional”, expresó al remarcar el crecimiento que ha tenido el Departamento de Química y del cual él, desde su lugar, también ha sido protagonista.

Sobre los sentimientos que despierta el hecho de jubilarse como nodocente, Cachito expresó: “Me voy con un poco de tristeza por dejar este Departamento de Química en donde he compartido muchos años con gente muy buena y en donde el balance es muy positivo. No tengo más que palabras de agradecimiento para todos. Por otra parte, me voy con la alegría y la motivación de empezar nuevos proyectos”.

“La uni es mi segunda familia, es mi casa. Recién venía entrando y se me caían las lágrimas porque es la primera vez que no ficho”

Trabajo en equipo

Cachito se mostró muy agradecido de haber tenido un trabajo de calidad. “No todos los empleos son como trabajar de técnico en la UNRC, en el Departamento de Química y ser Categoría 3”, valoró Formía, quien agregó que estaba a cargo de un grupo de nodocentes en donde las decisiones eran colectivas. “Para mí siempre ha sido una alegría venir a la universidad y tener este trabajo que me ha permitido desarrollarme y aprender un montón de cosas”, destacó.

Durante estos años como trabajador de la educación pública “tuve la suerte de integrar un muy buen grupo de nodocentes, con personas muy buenas y capaces como Miguel Bueno, quien nos permitió interactuar con los técnicos de otras Facultades y trabajar de manera colectiva”.

Formía dijo que siente honor de haber compartido su espacio de trabajo con la Dra. Juan Chessa, “una mujer que tiene mucha resiliencia ante todo lo que ha sufrido por la dictadura y que, a pesar de todo, supo salir adelante y es una profesora investigadora reconocida a nivel internacional”. Sostuvo que a lo largo de estos años tuvo la suerte de compartir su trabajo “con gente de una gran trayectoria académica, pero fundamentalmente, de una enorme calidez humana”.

Como trabajador de Exactas también destacó la impronta que tiene la institución, en donde “se trabaja mucho y siempre se trata de que las cosas se hagan de la mejor manera”.

“Uno puede compartir algunos pensamientos o no, pero acá en la Facultad la conducción trabaja, gestiona, escucha y siempre hay espacio para participar”

Aseguró que ser nodocente en la UNRC y docente en el CENMA le permitió articular lo técnico con lo pedagógico, lo cual potenció su crecimiento en ambos trabajos.

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Recuerdos que quedan grabados…

Contó que uno de los momentos que más recuerda fue la conformación del Centro de Estudiantes y lo que significó pasar de la dictadura a la democracia. Aseguró que esa transformación lo marcó muchísimo. En cambio, consideró que el momento más triste fue lo ocurrido con la Planta Piloto.

Realizando una mirada retrospectiva sobre cada uno de sus pasos en la casa de estudios recordó que, en 1999, la secretaria académica Marisa Moyano armó un equipo de trabajo para la alfabetización en la ciudad en la cual él era el coordinador de matemática. También trajo al presente aquel momento en el cual en plena dictadura (1992) armó, junto a otros universitarios, el Centro de Estudiantes.

“A la universidad la vi crecer porque antes solamente había galpones, no las aulas que tenemos ahora”, dijo con cierta nostalgia.

Contó que, en su época de estudiante de Ingeniería en Industria de la Alimentación, la cual recuerda que luego pasó a llamarse Ingeniería Química (Orientación Alimentos), estuvo en la Subsecretaría de Derechos Humanos del Centro de Estudiantes de Ingeniería. “Tuve la posibilidad de compartir espacios con Susana Dillon, también trajimos a Estela de Carlotto, Hebe de Bonafini… Eso me enriqueció mucho porque si bien yo militaba dentro de lo que era la Juventud Peronista, estar en un espacio de Derechos Humanos fue muy importante”, valoró.

Manifestó que de esos años tiene muchas anécdotas, “recuerdo que una vez que nos llevaron detenidos porque al principio de la democracia el clima social seguía complicado”.

Relató que siempre le llamó la atención el trabajo educativo y social. Esto lo llevó a participar como docente, en el año 2000, en el secundario que se dictó para que los trabajadores nodocentes finalizaran sus estudios.

Lo que viene

Antes de presentar su renuncia recibió otra buena noticia. Le dieron el aval a una iniciativa suya y de Claudio Carabaca para que los trabajadores de la Cooperativa 29 de Mayo -responsable del servicio de higiene y limpieza en el campus-, también puedan finalizar sus estudios secundarios.

“Ahora estoy aprendiendo italiano y también quiero viajar. Mis objetivos son seguir estudiando algo de ciencias sociales o economía popular y continuar militando en ATE y CTA”, afirmó.

Por último, activo y propositivo como siempre, “Cachito” adelantó que otro de sus proyectos será el de coordinar el Instituto de Pensamiento de Políticas Públicas de Claudio Lozano en Río Cuarto. 

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