El científico Gabriel Rabinovich cautivó al público con una conferencia magistral en el Teatro Municipal

Ante un Teatro colmado de gente, el reconocido científico cordobés Gabriel Rabinovich disertó el pasado viernes en Río Cuarto sobre sus investigaciones y los nuevos descubrimientos para luchar contra el cáncer. Destacó los aportes realizados por el Dr. Diego Croci, egresado de nuestra Facultad e integrante de su grupo de investigación.

Un defensor acérrimo, de la Educación Pública y la Ciencia Básica como motor ineludible para la transferencia tecnológica y el desarrollo del país.

Reconocido a nivel mundial por sus aportes para combatir el cáncer, tituló su conferencia como: “Identificación de Nuevas Estrategias Terapéuticas en Cáncer y Enfermedades Autoinmunes: la Ciencia Básica como Motor Ineludible para la Transferencia”.

Fue una jornada histórica para la ciencia en nuestra ciudad, ya que fue una de las primeras veces que se puede observar un Teatro Municipal colmado de gente para compartir una conferencia de un científico investigador.

“Les voy a contar una historia”, dijo el Dr. Gabriel Rabinovich, quien a través de un lenguaje coloquial, pedagógico, entretenido y en un permanente ida y vuelta con el público presente, explicó el sistema inmunológico humano y brindó detalles sobre una nueva forma de tratar los tumores: la inmunoterapia.

El investigador Superior del Conicet y director del Laboratorio de Inmunopatología del Instituto de Biología y Medicina Experimental, en la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires, sostuvo que “la palabra cáncer no tiene el mismo significado que antes”.

En este sentido, dijo que el diagnóstico de cáncer ya no es lo mismo. “Y esto tiene que ver con las tecnologías para hacer los diagnósticos más tempranos, por un lado, y por el otro, con que se conocen mejor los efectos adversos que tienen los tratamientos”.

Ante un público muy atento, el investigador comentó: “Hay una nueva forma de tratar los tumores, que es la inmunoterapia. Durante muchos años, pensamos que a los tumores había que tratarlos solamente con radioterapia y quimioterapia, enfocando en la célula tumoral en sí misma”.

Valiéndose de recursos gráficos y comparaciones con situaciones de la vida cotidiana, el Dr. Gabriel Rabinovich explicó: “Todos tenemos células malignas que están creciendo, que permanentemente están siendo vigiladas por nuestro sistema de defensa, por nuestros linfocitos, nuestras células dendríticas. Hay un conjunto de células que orquestan la respuesta inmunológica. Si somos inmunocompetentes, todos tenemos un sistema inmunológico que puede reconocer y eliminar ese tumor”.

Con el objetivo de que se entienda el concepto, el investigador ejemplificó: “Supongamos que un tumor de piel empieza a crecer. Inmediatamente las células dendríticas toman un pedacito de tumor, van a los ganglios linfáticos y avisan a los linfocitos, que son el ejército, que hay un peligro. Inminentemente, viajan a través de los vasos linfáticos, llegan a los ganglios; lo mismo sucede con un microbio que con un tumor. Así es que se activa un linfocito que tiene un receptor que reconoce al tumor y se producen miles de millones de linfocitos exactamente iguales, gracias a que la dendrítica le avisó que se está produciendo un tumor. Esos linfocitos van a la zona en la que está creciendo el tumor y comienzan a eliminar la masa tumoral”.

Seguidamente manifestó que “Hay una hipótesis postulada por el científico Robert Schreiber, que son las tres E (Eliminación, Equilibrio y Escape). La primera fase es la de la eliminación: el sistema inmunológico lo ve como algo extraño y lo elimina adecuadamente. Pero cuando el tumor empieza a crecer, produce sustancias que eliminan las defensas; entonces el ejército llega cerca del tumor y éste empieza a producir proyectiles que eliminan las defensas antes de que los linfocitos maten al tumor. Y ahí se entra en otras dos fases, las otras dos E. Una es el equilibrio: si uno le saca una foto se ve que el tumor está lleno de linfocitos alrededor, que no pueden reaccionar – coexiste el sistema inmunológico con el tumor, pero no lo puede matar porque lo empieza a no reconocer, se paraliza-. Y la otra es la etapa del escape: el tumor convive con algo que no le gusta -los linfocitos-, que lo quiere matar, entonces comienza a largar proyectiles y mecanismos de escape”.

Comentó que en sus primeros años de formación en Córdoba identificó la proteína Galectina-1, que por entonces no sabía cuál era su función. “Vimos que esta proteína mataba a los linfocitos-T. Vimos que los tumores producían muchísima de esta proteína, cosa que aumentaba mientras más malignos y agresivos eran. Todo esto lo plasmamos en unos de los primeros trabajos que publicamos en la revista Cancer Cell – prestigiosa publicación de biología molecular-, donde dijimos que los tumores de piel producían altos niveles de Galectina-1 para evadir la respuesta inmune”.

“Muchos laboratorios en el mundo tomaron esta proteína, comenzaron a trabajar y corroboraron nuestros resultados. Varios científicos de otros lugares del mundo y en otros tumores demostraron que no sólo sucede en el tumor de piel, sino en el de pulmón, en el glioblastoma -tumor de cerebro-”. Y ahora se sabe que también se manifestaría en el de páncreas.

“Cuando se apoya a la ciencia, se apoya al país”

El reconocido científico manifestó que “cada uno de los gobernantes, vengan del partido que vengan, tienen que tener un diálogo fluido con los investigadores, porque esto tiene que ver con estar abiertos a la comunicación y poder cambiar políticas públicas. Claramente el apoyo a la ciencia tiene que ver con una política de estado”.

Siguió: “La carrera de investigador del Conicet tiene que estar abierta y tiene que haber más presupuesto”.  Y puntualizó: “Tiene que haber presupuesto para hacer ciencia”.

Por otro lado, indicó: “Siento un respecto inconmensurable por la ciencia que se hace hoy en la Argentina, por lo que hacen los científicos argentinos, que constantemente están generando ciencia disruptiva. Tenemos científicos muy buenos, que tenemos que cuidar”.

“Lo que se necesita desde el Estado es que se los cuide. Seguramente, si se los apoya, esos científicos y otros en otras generaciones van a poder desarrollar productos de transferencia”, insistió.

 

Transferencia a la comunidad

La doctora Marisa Rovera, decana de la Facultad de Ciencias Exactas, Físico-Químicas y Naturales, destacó que este tipo de encuentros, como la vista del doctor Rabinovich, permite que el conocimiento científico trascienda la comunidad académica y científica; posibilita la interactividad entre quienes cultivan la ciencia, como así también representa una oportunidad para llegar a la comunidad. Desde la Facultad de Exactas pretendemos impulsar políticas de comunicación de las ciencias, buscando además fortalecer la participación ciudadana en actividades científicas.

El doctor Mariano Correa, docente de nuestra Facultad y uno de los responsables de la llegada de Rabinovich a nuestra ciudad, dijo que “fue un honor que Gabriel (Rabinovich) haya venido a Río Cuarto”.

“Éstas son actividades que debemos hacer para que toda la comunidad se entere cómo se hace ciencia básica”, consideró Mariano Correa y destacó que Gabriel Rabinovich “es un acérrimo defensor de la universidad pública”.

Por último, el docente de la Facultad de Ciencias Exactas se refirió a la conferencia que brindó Rabinovich en el Teatro Municipal el pasado viernes y la respuesta de la gente. “Quedé impactado con la cantidad de gente y la respuesta de Río Cuarto a un científico que nos cautivó durante una hora y media”, expresó Mariano Correa y concluyó: “La imagen que no se me borrará nunca es el reconocimiento de la gente que de pié lo aplaudió durante cinco minutos”.

Fuente: UnirioTV – Prensa UNRC

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