Rabia: Riesgos y precauciones a tener en cuenta

La rabia es una enfermedad contagiosa y que puede resultar mortal. En nuestra ciudad ya detectaron casos de animales infectados. ¿Cómo hay que actuar en dichos casos?, qué debemos hacer?

Ante estos casos que se conocieron en la ciudad, dialogamos con la Dra. Cristina Torres, docente de la cátedra de Virología en el Departamento de Microbiología e Inmunología, para conocer más sobre esta enfermedad.

“La rabia es una enfermedad infecciosa causada por un virus perteneciente al género Lissavirus de la familia Rhabdoviridae. Este virus es altamente patógeno, ingresa a un individuo luego de ser mordido por un animal infectado y accede a las células a través de distintos receptores celulares entre ellos los de acetilcolina demostrando su afinidad (tropismo) por el tejido nervioso. Los constituyentes antigénicos del virus de la rabia le dan las características biológicas como el neurotrópismo, neuroinvasividad y deterioro funcional de las neuronas”, explicó la doctora Cristina Torres.

Los casos de rabia se conocen desde la antigüedad y su impacto se debe a los cuadros graves que generan en el hombre y en animales con progresión a la muerte del infectado. Mencionó que “entre los animales reservorios se encuentran los perros, zorros, chacales, lobos, comadrejas, hurones, tejones, mangostas y murciélagos”.

Según la microbióloga, “la transmisión se da principalmente por mordida de animal infectado (virus en la saliva), inhalación de aerosoles con alta concentración de virus (Ej. cavernas húmedas donde habitan los murciélagos), lamidas y arañazos en heridas abiertas. El periodo de incubación dependerá del lugar corporal de la mordida, concentración de virus en el inoculo, la edad y respuesta inmune del paciente”.

La doctora Cristina Torres, dijo que “la enfermedad se caracteriza por una fase prodrómica con malestar general, fiebre, fatiga, cefaleas, anorexia, vómitos, fotofobia, diarrea, dolor o parestesia en la zona de la herida; seguida de una fase neurológica aguda con hiperactividad, desorientación, alucinaciones, convulsiones, conducta grotesca, rigidez de la nuca o parálisis. Encefalitis por destrucción neuronal en el sistema nervioso central. Posteriormente una fase de coma y muerte”.

Señaló que “debido a la gravedad del cuadro, es que se vuelve indispensable que en casos sospechosos ocurridos se denuncie al área de zoonosis de la región para informar del hecho y de esta manera el personal capacitado realice la captura y observación del animal agresor (perros, gatos o murciélagos)”.

Indicó que las medidas de prevención de estos casos radican en la vacunación de animales, Mantenimiento en el tiempo de Programas de control animal y Educación en salud pública.

La docente de la cátedra de Virología del Departamento de Microbiología comentó que “debido a que el virus de la rabia no ha sido erradicado hasta el momento, la forma de controlarlo es interrumpiendo la cadena de transmisión actuando con responsabilidad personal y social”, a partir de:

  •  Asumir la tenencia responsable de mascotas, vacunando perros y gatos anualmente y de por vida.
  •  No dejar animales sueltos en la vía pública.
  • Evitar el contacto con murciélagos.
  • Informar al área de zoonosis en los casos sospechosos de rabia y de la presencia de murciélagos en zona urbana.
  • Acudir al centro de salud más próximo y seguir las indicaciones médicas en casos exposición a mordida de animales (perros, gatos o murciélagos).

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